La Economía No Tiene Que Ser Complicada
La Economía No Tiene Que Ser Complicada
Saber sobre economía parece, desde afuera, algo complicado que implica conocer sobre muchas variables, factores y mecanismos complejos. Incluso se percibe en ocasiones como algo lejano a nosotros que cuenta con especialistas estudiándola (los economistas) y, como varias otras áreas del conocimiento, no nos aporta nada si no afecta nuestra vida o profesión de manera directa. Es más, esa sensación de lejanía o desconexión se incrementa cuando escuchamos a algún experto en el tema o leemos información al respecto y confirmamos que efectivamente hablan en términos que no comprendemos.
La realidad, sin embargo, es que la economía es algo básico y mucho más cercano de lo que podemos imaginar. Ni siquiera tiene que ser tan complicada como parece (o nos quieren hacer creer). Con nuestro preciado cerebro debería ser suficiente para acercarnos a ella, y mi intención en este artículo es cubrir lo básico. Me quedarán muchas cosas afuera, y no voy a lograr profundizar en todos los conceptos como me gustaría, pero es suficiente para empezar. Si creés que todo lo que repaso a continuación es en realidad algo elemental, entonces logré demostrar mi punto y te felicito porque ya entiendes de economía.
¿Qué Es La Economía?
La pregunta inicial y fundamental, y la respuesta es tan simple como abarcativa: la economía es la ciencia que estudia cómo los humanos hacemos uso de recursos escasos para satisfacer nuestras necesidades y deseos.
Sabiendo esto ya nos damos cuenta que la economía no se trata de números y cálculos (aunque los haya y se utilicen mucho) sino que es en realidad una ciencia fundamentalmente social. La economía nos estudia como humanos y cómo parte de una sociedad, y esos recursos escasos son los que nos rodean y los que, gracias a nuestra inteligencia y capacidad, usamos en progreso de la civilización. Hablamos de actividades que realizamos como especie desde los inicios de la humanidad.
¿Qué Significa “escaso”?
Cuando hablamos de un bien o servicio escaso, nos referimos a un bien o servicio en el que la oferta no satisface la totalidad de la demanda. Dicho en otras palabras, que la sociedad en su conjunto quiere más de él de lo que se encuentra disponible.
Por ejemplo el oxígeno es algo totalmente necesario para nosotros (la demanda es innegable), sin embargo la cantidad es tan abundante que toda la oferta de oxígeno que tenemos a disposición es más que suficiente para toda esa demanda que la humanidad genera (en términos generales). Casi que percibimos que es ilimitado, aunque sabemos que en la realidad física no lo es. Este ejemplo nos muestra que la idea de que algo sea escaso, en términos económicos, no tiene que ver con si tiene una determinada oferta limitada o no, sino en la relación entre esa oferta y la demanda.
Todo lo que encuentra ese desbalance se transforma en un bien escaso y es caso de estudio para la economía. Es decir, si lo pensamos, nos referimos a casi todo lo que nos rodea y tiene, de alguna manera, un precio. En breve vamos a hablar del significado de eso.
¿Qué Es La Tan Famosa “Oferta y Demanda”?
Esas dos palabras juntas se utilizan muy seguido, pero ¿qué significan realmente?
La demanda hace referencia a la cantidad de cierto bien (o servicio) que un grupo de personas determinado desea obtener. Hablamos de grupo de personas porque el estudio de la economía puede ser a nivel mundial, de cierta nación, ciudad, o de un grupo de personas determinado. Lo importante es marcar que la demanda es esa cantidad que, según esas personas, será suficiente para cubrir sus necesidades y deseos. Por otro lado la oferta es la cantidad de ese bien o servicio que dicho grupo de personas tiene a disposición y accesible.
Es importante hacer la distinción de “accesible” o “a disposición”, ya que eso es lo que afecta la puja entre oferta y demanda, y eventualmente determina si ese bien es escaso. Un ejemplo puede ser el oro y las noticias que a veces escuchamos sobre minería en asteroides. Sabemos que en el espacio exterior puede haber cantidades exorbitantes de oro, sin embargo no están disponibles para cubrir nuestras necesidades o deseos, y por lo tanto hoy en día el oro sigue siendo para la humanidad un bien escaso.
¿Cómo resolvemos entonces esa disparidad entre la oferta y la demanda en aquellos bienes y servicios que identificamos como escasos? Ese es el estudio de la economía y una de las herramientas que puede resolver esa problemática es el mercado.
¿Qué Es El Mercado?
Vamos a comenzar planteando un escenario simple: cuando la demanda supera a la oferta tenemos menos unidades de un bien para repartir entre un determinado grupo de personas. Entonces ¿qué personas obtendrán las unidades y qué personas se quedarán sin recibir las que demandan?
Vamos a partir de una premisa que puede parecer evidente, pero no lo es e incluso no todos la ven como tal: la oferta disponible de ese bien o servicio es propiedad de alguien o de algunos. Algunos ejemplos: los automóviles son propiedad de cada fábrica para disponer, los muñecos son propiedad de cada juguetería para disponer, el servicio de carpintería o de consultoría de software es de cada individuo para disponer. En cada uno de esos casos el bien o servicio es propiedad de uno o más individuos (por separado o en conjunto) ya sea porque produjeron ese bien, adquirieron ese bien, o porque disponen de su cuerpo y mente para realizar esa tarea.
Tomando eso como punto de partida, y suponiendo que tenemos, por ejemplo, 10 unidades de un bien pero 15 personas que quieren uno, ¿cómo hace el propietario para decidir a quién dar esas 10 unidades? Una de las primeras respuestas que se le vendrán a la mente será: “aquel que ofrezca más a cambio”. Y es correcto, en la mayoría de los casos eso será lo que sucederá. Si multiplicamos esto por muchos más proveedores de ese bien, y muchos más personas que lo demandan, no sólo tendremos al proveedor buscando quién le ofrezca más sino que tendremos también a personas (clientes) buscando a quien solicite menos. Estas fuerzas son contrapuestas y están en constante intercambio. Si luego extrapolamos este ejemplo a múltiples bienes y múltiples servicios, tenemos un intrincado sistema que involucra a millones de personas en el mundo y que va distribuyendo estos bienes y servicios, los va trasladando, y los va transformando de persona a persona.
Dejando de lado apreciaciones políticas o ideológicas, y sin hacer juicio de valor, esto que acabamos de describir es el mercado. Ni más, ni menos. Cada uno de nosotros, con la más pequeña acción cotidiana, somos parte de ese mercado.
¿Qué Es El Precio?
Hablamos de que un bien escaso en economía, es también un bien que cuenta con un precio. Esto se debe a la existencia de un mercado, del que ya hablamos también. El precio es el indicador de lo que el mercado (cada uno de nosotros como actor) considera que ese bien o servicio vale, expresado en alguna forma de dinero. Por eso solemos ver al precio como un número seguido de una unidad o moneda. También por ese motivo se dice que el precio es el resultado de la puja entre oferta y demanda.
El precio puede ir variando a lo largo del tiempo porque, lógicamente, la oferta y la demanda de un bien o servicio puede ir cambiando también. Un bien puede haber sido superado por otro nuevo bien que apareció en el mercado, entonces el bien original empieza a ser menos demandado. Si volvemos al ejemplo original de 10 unidades, puede suceder que en algún momento sólo 11 personas quieran una unidad en lugar de 15. Entonces la competencia entre dichas personas ya no será tan fuerte y probablemente no sea tanto lo que estén dispuestas a ofrecer por él (el precio a pagar) ya que no es tan difícil conseguir uno. Ni hablar si en el mismo escenario de 10 unidades de repente sólo 9 personas quieren uno, para ese entonces ya cruzamos el umbral donde el bien dejó de ser escaso.
La idea de que el bien o servicio sea difícil de conseguir no es un factor menor, y eso explica porque en algunas circunstancias o lugares en el mundo un mismo bien puede aparecer en el mercado con precios diferentes. El balance que cada individuo hace entre su deseo de tener el producto, y lo que está dispuesto a dar a cambio, es el precio que cada uno está dispuesto a pagar. Ese deseo o necesidad, contrapuesto con la dificultad de conseguir dicho bien, multiplicado y combinando la experiencia de cada participante del mercado, es lo que finalmente impacta en el precio. Esa dificultad de la que hablamos está directamente relacionada con lo que llamamos oferta, en esa circunstancia determinada.
Otra manera de ver el precio es cómo información. El precio es la mejor métrica que tiene cada participante del mercado para saber cómo el resto del mercado (valga la redundancia) percibe dicho bien o servicio. Es el indicador por excelencia para saber qué nivel de valoración se le da a ese ítem, y cómo está balanceada la oferta y la demanda en ese momento.
Para que todo esto de lo que hablamos funcione de una mejor manera según la mecánica que describimos, es un prerrequisito que la información (no sólo el precio) fluya lo mejor posible. Pero es tema para otra discusión.
¿El Valor Y El Precio Son Lo Mismo?
Aquí es donde suele aparecer la confusión para muchos. Valor y precio no son lo mismo. El precio es ese resultado de la mecánica del mercado, de la que hablamos recién, pero el valor es algo completamente individual y subjetivo.
El valor es la ponderación que cada uno de nosotros le asigna a algo. Es la escala en la que ubicamos a ese algo con respecto a todo lo demás en nuestra vida, y además es algo que depende de las circunstancias en las que nos encontremos en un momento determinado. Por esto mismo es que la idea de “valor intrínseco” (muy escuchada y repetida) no tiene sentido y termina siendo una contradicción en sí misma (un oxímoron). Si el valor es algo que depende de la percepción de cada uno, claramente no puede ser intrínseco de un objeto.
Por ejemplo, un balde de arena no tendría ningún valor para una persona perdida en el desierto, mientras que podría valer mucho para otra persona que la necesita para la construcción edilicia. Otro ejemplo sería el oxígeno o el agua, que uno podría argumentar sin lugar a dudas que son necesarios. Pero ¿qué pasaría si fuésemos una forma de vida que no dependiera del agua ni del oxígeno? El valor que le asignamos a ellos ya no sería el mismo. Estos ejemplos obvios, básicos o extremos deberían servirnos para deducir y darnos cuenta que el valor no es una propiedad que traiga el objeto en sí, sino que es el humano que interactúa con dicho objeto el que se los asigna. Lo hace basado en las propiedades que sí son intrínsecas del objeto, pero el valor no es una de ellas. El valor es asignado.
El precio entonces es la forma en que las valoraciones de cada uno de los actores del mercado se coordinan para lograr una representación conjunta, e informan sobre ella.
¿Qué Es El Dinero?
El estudio del dinero es extenso a lo largo de la historia y esta pregunta podría dar lugar a un artículo en sí mismo, y suficientemente largo, o incluso para un libro (que los hay, y muchos). Sin embargo, vamos a resumirlo diciendo que el dinero es una herramienta que la humanidad utiliza hace mucho mucho tiempo para asistirle en el comercio.
Esta herramienta que llamamos dinero nos permite normalizar esa información que llamamos precio, y nos permite lograr coordinación a gran escala como civilización de una forma similar a lo que logra el lenguaje. De alguna manera, el dinero es una suerte de lenguaje que utilizamos para comunicar y transportar valor en tiempo y espacio. Además es una pieza fundamental para que funcione este sistema de distribución de recursos que llamamos mercado.
Si La Gente No Sabe Esto, ¿Cómo Puede Funcionar?
He escuchado algunas veces argumentar que algunas de las cosas que vimos en esta pieza no son aplicables al mundo real, en parte porque esas reglas o condiciones no son dominadas por las personas y por lo tanto no se respetan.
La economía no existe o funciona porque la gente la entienda, el dinero no funciona porque la gente conoce sus funciones y propiedades perfectamente. Es al revés, la economía intenta estudiar los comportamientos que naturalmente surgen en las sociedades. Las propiedades y funciones del dinero (medio de intercambio, resguardo de valor y unidad de cuenta) son la interpretación teórica de lo que sucede en la práctica. La humanidad evolucionó de esta manera y la economía intenta estudiarla para entenderla.
¿Por Qué Importa La Economía?
La economía importa porque nos ayuda a descifrarnos como especie, al igual que el estudio del lenguaje, la historia o la antropología.
Poder entender los conceptos básicos de la economía no nos demanda conocimientos previos avanzados, y apela a nuestra capacidad de razonar y entender interacciones sociales. Incluso a nuestra capacidad de conocernos individualmente. A medida que cada uno de nosotros pueda ver el mundo a través de un lente económico, vamos a interpretar lo que sucede a nuestro alrededor y tomar mejores decisiones según nuestras preferencias. Es claro que ese mundo que nos rodea es muy complejo y los engranajes económicos, inmersos como parte fundamental, no escapan a esa complejidad. Sin embargo, entendiendo las bases nos hacemos de muy buenas herramientas para entender todo lo demás ya que, a fin de cuentas, todo se reduce a necesidades, deseos, oferta, demanda, valor, precios… mercado.
En economía existen diversas corrientes de pensamiento que, si bien en ocasiones pueden partir de los mismos conceptos básicos, arriban a diferentes conclusiones o incluso forman opiniones e ideologías sobre qué es lo correcto y lo incorrecto. En este artículo traté de dejar esas corrientes e ideologías de lado pero, como toda pieza que una persona escribe, los sesgos y opiniones suelen filtrarse. Dicho esto, tomen lo que está aquí como de quien viene.
¿Por qué debería importarnos la economía? Porque el mercado es un mecanismo que nos envuelve y porque somos parte de él. Porque existe, lo entendamos o no. Entonces, ¿por qué mejor no asumir que todo esto es parte de nuestra naturaleza y tratar de entender sobre economía?
Fuente del Artículo: Estudio Bitcoin. Artículo escrito por Diego H. Gurpegui
Fuente de la Imagen: La imagen de portada es «Bazar of Athens» (1821) de Edward Dodwell.